Piense en algo que haya sucedido recientemente. Esta podría ser cualquier situación o interacción, desde un desacuerdo con su gerente hasta una discusión con un colega o compañero de equipo. Comience por describir lo que sucedió desde su propia perspectiva y luego intente volver a enmarcar las cosas para verlas desde un ángulo diferente.
Por ejemplo…
Imagínese que está en medio de una reunión de trabajo, con un nuevo cliente revisando un informe que ha escrito. Están frustrados con la calidad del trabajo y lo expresan con una serie de preguntas desafiantes y solicitan que se vuelva a escribir el informe. Su gerente ha venido a la reunión para brindarle apoyo, pero permanece callado durante todo el proceso mientras usted responde las preguntas. Desde su perspectiva, puede sentirse tentado a pensar algo como: Estoy tan enojado con ellos. Estaban sentados allí sin hacer nada mientras el cliente pisoteaba todo nuestro trabajo. ¿Seguramente sabían que necesitaba un poco de respaldo?